Heather Reisman, fundadora, presidenta y directora ejecutiva de Indigo Books, y su esposo Gerald Schwartz, han utilizado su parte sustancial de las ganancias de Indigo Books & Music Inc. para establecer la Fundación HESEG para Soldados Solitarios, una organización benéfica canadiense que ofrece incentivos a ciudadanos extranjeros (“soldados solitarios”) para que se alisten voluntariamente en el ejército israelí. La Fundación HESEG ofrece subvenciones y becas que cubren los costos de matrícula del beneficiario en instituciones académicas en Israel, así como sus gastos de manutención durante el estudio, con la condición de que el beneficiario sirva al menos un período de servicio activo en las Fuerzas de Ocupación Israelíes (FOI). La fundación normalmente gasta más de $5 millones anualmente en subvenciones y becas para apoyar a los mercenarios que se alistan en las FOI. Según Canadians for Justice and Peace in the Middle East (CJPME), la Junta Directiva de HESEG ha estado compuesta por varios miembros o veteranos del ejército israelí que han sido criticados por importantes violaciones del derecho internacional bajo su mando. Aunque la Canada Revenue Agency (CRA) declara que “apoyar a las fuerzas armadas de otro país” no es caritativo, la Fundación HESEG ha mantenido su apoyo y su estatus oficial de organización benéfica.

El gobierno israelí, cuyos soldados imponen la ocupación violenta de Palestina, está actualmente involucrado en la destrucción de la Franja de Gaza, y The Lancet hace la sombría proyección de que el número de muertos a partir del 7 de octubre de 2023 podría superar, según estimaciones conservadoras, los 200,000. Los niños representan casi la mitad de las muertes actualmente conocidas.

El movimiento de solidaridad con Palestina en Canadá ha llamado al boicot a Indigo desde el 2006. En julio de 2025, la Relatora Especial de la ONU, Francesca Albanese, publicó un informe que describe a varias empresas que obtienen importantes beneficios económicos del ataque continuo contra Gaza y el Medio Oriente. Es evidente que el movimiento de Boicot, Desinversiones y Sanciones (BDS) es más crucial que nunca. El pueblo de Gaza se enfrenta actualmente a un genocidio. Es nuestra obligación moral identificar y exigir cuentas a las empresas que contribuyen a la masacre de palestinos.